viernes, 9 de diciembre de 2011

El nombre del viento (Silvia Wu)



Este análisis ha sido elaborado por Silvia Wu, amiga, oyente y colaboradora ocasional.
Hace ya poco más de un mes que los lectores españoles podemos disfrutar de la segunda parte de la saga fantástica que más ha sorprendido de la última década. Patrick Rothfuss vuelve a sumergirnos en ese mundo imaginario que nada tiene que envidiar a la Tierra Media de Tolkien a través de una prosa ligera a la par que tremendamente descriptiva que te absorbe de manera que no puedes soltar el libro hasta que lo terminas.
Pero hablemos del inicio del fenómeno. El nombre del viento comienza con una historia un tanto anodina sobre un ataque ocurrido a un chico a las afueras de un pequeño u apacible pueblo. Solo una persona parece ser consciente de la gravedad del incidente: el callado y misterioso posadero. Pero la verdadera historia y el increíble giro narrativo llega cuando un escritor aparece en el pueblo e identifica a nuestro posadero como Kvothe, buscado asesino y ladrón. Tras una larga tanda de súplicas por parte del escritor, Kvothe accede a contarle su historia con vistas a que este la publique y que el mundo conozca la verdad sobre su pasado. A partir de ese momento resulta IMPOSIBLE soltar el libro.
Rothfuss ha creado con su aún inacabada trilogía un fenómeno que muy pocos autores fantásticos consiguen a día de hoy. Ha cautivado a lectores de todas las edades y ha logrado crear una historia impecable, unos personajes cautivadores y un mundo apasionante (cuyo mapa tengo colgado en mi cuarto), en definitiva, se ha convertido en el nuevo "bestsellerista" de la literatura fantástica o, a mi modo de ver, el hijo secreto de Tolkien y Pratcher.


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