viernes, 16 de diciembre de 2011

Los mejores discos nacionales de 2011





10º: Amaral - Hacia Lo Salvaje



Amaral sacaba este año su primer trabajo autoeditado. Un cúmulo de canciones que tocan todas las temáticas, desde lo épico hasta lo realista y que funcionan como un sistema coordinado, en el que no hay excesos ni defectos. Folk, rock e intimismo a partes iguales, sazonado con la increíble voz de Eva.


9º: Anntona – Grandes Males, Remedios Regulares


Manuel Sánchez tiene mucho peso en Los Punsetes y eso se nota. Pero también está claro que su creatividad va mucho más allá de letras irónicas y punzantes. Un disco más completo que su anterior trabajo En La Cama Con Anntona (2009), con una producción cuidada, fresca, que funciona como el mejor soporte para las bonitas historias que nos cuenta, destacando Recuerdo De Zamora y Caramelos Con Droga.



8º: Odio París - Odio París


Si el año pasado fue Hola a Todo el Mundo, en 2011 otro grupo nuevo ha pegado un fuerte golpe en el panorama nacional. Con ese estilo mixto entre noise y pop que recuerda al mismo tiempo a Los Planetas y a The Pains of Being Pure at Heart nos conquistaba el quinteto catalán creando hits imborrables -Uno De Noviembre, por ejemplo- que los han convertido ya en un clásico.

7º: Mendetz – Silly Symphonies


El tercer disco de los barceloneses era una prueba de fe. Y vaya si creemos. Tras pasar por hype con el primero y reafirmarse con el infravalorado Souvenir (2009), Mendetz nos abre los ojos y nos presenta un disco menos complicado y mucho más directo que, además de funcionar como un todo, nos deja extraer temas pegadizos como Hap Your Clands o Plasticine.

6º: Boat Beam – Reincarnation


Josephine Ayling y compañía han reforado su posición con un segundo trabajo que nos sigue enamorando con su combinación de voces delicadas, chelo, piano, viola y demás. Un trabajo precioso que, si bien nos recuerda a otras muchas bandas del panorama internacional, en el patrio merece reconocimiento. Una pena que lo mejor quede en la primera mitad -destacando Sirens y Pollen In The Dust- y que se vaya apagando hacia el final. Aún así sigue siendo un disco magnífico.


5º: Nacho Vegas - La zona sucia


Nacho Vegas daba un giro importante a su obra con su primer trabajo post-Rosenvinge. El gijonés parecía salir del pozo de pesimismo y depresión que había caracterizado sus canciones precedentes, con elementos coloridos y melódicos, como coros y arreglos; canciones menos densas, más ingenuas y transparentes, que hacen de la escucha un auténtico lujo. El gran hombre misterioso empieza a utilizar ese cinismo tan característico para hacer un poco de autocrítica, que no todo va a ser Morir o matar.


4º: Manos De Topo – Escapar Con El Anticiclón... Y Volver Con La Cara Roja


Un álbum en el que comparten sitio temas como Mejor Sin Pijama o Mentirosa -en los que es más clara la evolución de su sonido-, con otros más continuístas -En Sintonía, Tragedia En El Baño De Señoras-, formando la obra más redonda en cuanto a la producción -en manos de Ramón Rodríguez-. Manos De Topo se hacen mayores y la progresión no podría ser mejor. Ojo a los nuevos directos.



3º: Russian Red - Fuerteventura


Difícil lo tenía la madrileña para intentar superar lo que había conseguido con I Love Your Glasses (2008), pero Lourdes Hernández ha hecho los deberes y ha salido muy bien parada. Las canciones de Fuerteventura se ven mucho más adultas, con la inclusión de un mayor número de instrumentos y artificios -The Sun, The Trees- que nos alejan del intimismo con el que trató su primer largo. Un buen acierto para la niña bonita del folk patrio, que consigue que sus estribillos se alojen un par de semanas en tu cerebro.

2º: Bigott - The Orinal Soundtrack


Admito que no había escuchado el nuevo trabajo de este singular personaje hasta hace unos días, pero creo que situarlo en el segundo puesto demuestra la fuerza, la belleza y el encanto de las historias que nos cuenta. Historias con referencias a toda la cultura pop y unas letras muy divertidas: Take the knife/ kill them all/ in the night/ we'll celebrate it all. Con unos arreglos delicados, unos coros que funcionan maravillosamente con la voz de Borja Laudo, de increíble presencia. Todo eso envuelto por una atmósfera a veces melancólica pero siempre reconfortante. Destacando God Is Gay o la preciosa Turkey Moon. Aunque la mayor sorpresa es, sin duda, el single Cannibal Dinner -increíble cómo se pega-. Y puedes escucharlo por la mañana, después de la siesta o para follar, siempre te va a poner una sonrisa en la cara.



1º: Christina Rosenvinge - La Joven Dolores


Christina Rosenvinge demostraba con Tu Labio Superior (2008), que su estilo quedaba ya muy lejos del ¡Chas! Y aparezco a tu lado que la catapultó a la fama, con su nuevo trabajo tenía que confirmar este cambio y vaya si lo ha conseguido. La joven Dolores es la firma de madurez de Rosenvinge, que ha sabido aunar poesía y melodía en canciones que no se borran fácilmente como es Canción del EcoSu voz, esa voz (y su pálida piel) es la clave, la modulación que te toca en cada sílaba, que te lleva al mundo que ella ha construido, sea el mito o el maltrato. Letras desencantadas, violentas y estribillos pegadizos. Compañía, ruido y susurro, ¿se le puede pedir más a un disco?

1º: El Columpio Asesino – Diamantes


Y como no podía ser de otro modo, los navarros se sitúan en la cabeza de una lista complicada -aunque compartiendo el podio con la Rosenvinge-. Quiero invocar a todos los que habéis conocido El Columpio Asesino por el single Toro y mandarlos a la mierda. Me alegro de que hora disfrutéis de -si no el mejor- uno de los grandes del panorama nacional. Pero, aunque es una gran canción, no hace justicia ni al álbum ni a toda su discografía. Diamantes consolida la evolución que precipitó La Gallina (2008), y aunque se haya perdido algo de descaro e impacto, Columpio nos regala una obra de contrastes, emocionante y, sobretodo, exquisita. Cristina Martínez acapara mayor protagonismo, haciendo de los temas delicadas obras que por momentos penden de un hilo para explotar de la mejor manera posible. No se podría decir si es el más completo de los de Pamplona, ya que en cada uno de ellos exploran en diferentes sentidos. Aún así, Diamantes es el disco perfecto para culminar una carrera ejemplar. Evito destacar ningún corte; se debe escuchar de principio a fin, dejándose invadir por las melodías, las voces suaves y serenas, la percusión infalible y las guitarras, siempre perfilando. Simplemente increíble.

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